Cómo vestirse para ir a la montaña
Empezaremos diciendo que, una vez más, el avance tecnológico y la investigación textil han conseguido que en la actualidad podamos gozar de un amplio abanico de opciones a la hora de conseguir un tipo de vestimenta para la montaña, adaptado a las más diversas situaciones, eso que vaya por delante antes de empezar este post dedicado a ello.
Destacaremos en primer lugar la importancia del sistema de capas, por la sencilla razón de que en la montaña necesitamos estar protegidos frente a los elementos. La primera capa es la interior, la que queda pegada a nuestro cuerpo, y por tanto tiene que ser un material que nos mantenga secos y evacúe el sudor; la segunda capa o intermedia es la que nos debe procurar calor, fundamental en invierno. La prenda por excelencia ha sido y todavía es el forro polar, porque es muy cómodo, pero se ha ido sustituyendo por prendas más ágiles con relleno. También están los micropolares (los polares de 100 gramos), muy utilizados en actividad técnica. Y los polares elásticos, powerstretch, los más finos, que nacieron como primera capa gruesa, y que en muchas ocasiones se combina con micropolar. La segunda capa con relleno (chaquetas ligeras con relleno de fibra o pluma) a la que hemos aludido, es del todo lógico que se haya extendido su uso porque es muy versátil: se puede utilizar bajo la tercera capa, pero también como tercera capa de calor, incluso en momentos muy fríos se colocan encima de todo (sin olvidar su volumen comprimido que permiten meterlas en la mochila cómodamente). Por último la tercera capa o exterior son las chaquetas impermeables, transpirables y cortavientos. Son la coraza que nos va a proteger en última instancia, por eso es tan importante. Hasta hace muy poco esta era la prenda que nos protegía del sistema de capas, pero en la actualidad se ha instalado el sistema 2'5, que quiere decir que la segunda capa se ha dividido en 2 prendas: una primera fina complementada con un micropolar, y una segunda-tercera capa fina con relleno, o más o menos gruesa en función de la actividad que se practique. Así que la tercera capa se emplea solo en caso de mucho frío, lluvia, o situaciones extremas.
Como podéis suponer la vestimenta de montaña en invierno difiere de la de verano. Con el frío hay que ocuparse muy a fondo del equipo que nos vamos a llevar, en definitiva, hacerse con una vestimenta adecuada para la práctica de la actividad al aire libre que prefiramos. Ya hemos explicado el sistema de capas para la parte superior del cuerpo, complementada con una braga de cuello polar. Para la parte inferior: unas polainas (si hay nieve), pantalón largo de invierno con forro interior y repelente al agua, pantalón de Goretex como capa superior si llueve o hace mucho frío (si se lo puede uno permitir), y calcetines de invierno gruesos. En cuanto al calzado de invierno también depende del tipo de actividad que practiquemos, por supuesto siempre será bota.
En verano, como la propia estación indica, la ropa será liviana pero sin perder de vista que la temperatura cambia con la altura. En la parte superior: camiseta de manga corta transpirable (no se aconseja el algodón porque se suda más y tarda en secarse). Forro polar, por lo que ya hemos dicho del ascenso. Capa de lluvia, por si llueve o hace viento. Gorra para ese sol de justicia que cae en nuestro país, imprescindible. Parte inferior: pantalón corto que sea resistente), o pantalón largo (en función de la climatología y altura). y calcetines de verano transpirables. En cuanto al calzado de montaña en verano, también será bota corta o alta, como prefiramos, eso sí, que la suela sea dura y que te proteja de los charcos o el agua.
Cosas a tener en cuenta cuando vayas a comprarte calzado de montaña, en general: al margen de modas, marcas, etc, debes elegir aquel que vaya bien a la fisonomía de tus pies y a la actividad que vayas a practicar. En líneas generales debes fijarte en lo siguiente: en el cuerpo de la bota que suele ser de una sola pieza y se une con la suela, valorar si lo quieres impermeable o no, transpirable, fíjate en las costuras internas y en la lengüeta. Si vas a necesitar que lleve refuerzos, según el uso. La horma, que se ajuste a la forma de tus pies, si son anchos o estrechos, por ejemplo. Drop: diferencia entre el punto más bajo de los metatarso y el más alto del talón, a más drop más amortiguación y menos drop es mayor impacto pero más control. El uso de plantillas también es interesante, si necesitas más transpiración o más amortiguación. No nos olvidemos de la suela, parte importante en la pisada, en función del terreno que vayas a pisar, más adherente o más resistente. Una vez encontrado el calzado adecuado, lo más importante es que te sea cómodo y se adapte a tu ergonomía.
¡Y hasta aquí nuestra sabiduría! Así de primeras sabemos que puede sonar un poco agobiante tanta capa, pero es la manera más útil de vestirse para cualquier actividad en la montaña durante el invierno. Además es muy cómodo porque si tienes calor, simplemente te vas quitando capas y no lo pasas mal acumulando sudor.
Esperamos que os haya sido de utilidad :)